Festival KonvidArte - Casa del Bosque al Amanecer- Tibasosa
- Karo Colibri
- 18 feb
- 2 Min. de lectura

Una vez nos despedimos en profunda gratitud caminando con maletas y todo por la montaña 20 minutos bajo la lluvia para llegar a un taxi, llegué a la terminal de Santa Marta para volver a ingresar por toda la cordillera oriental al altiplano cundiboyacense trayendo las aguas del océano y de cada uno de los territorios andados devuelta hacia la región andina. Me bajé en Tunja y de allí tomé el bus a Tibasosa llegando a la media noche a un hospedaje llamado “la huerta” donde muy amablemente me dispusieron el calentador de agua para darme una ducha calientita y descansar todo lo andado preparándome para la siguiente función. Amanece y llego a la Casa del Bosque al Amanecer con Astro y Gabriel quienes aguardianan el festival Konuko y en medio de las ferias y fiestas del pueblo abren camino a las artes escénicas, llegan diversas familias y artistas a la gradería de la sala y empezamos a compartir la Danza de la Chiflada, algunas señoras se daban la bendición cuando quede en trusa color piel, otras decidieron levantarse cuando inicie a cantar un canto ceremonial de la obra que dice “…llena de alegría danza la muerte a mi lado…” y me di cuenta de las diversidades de pensamientos que estamos compartiendo el espacio, habían familias muy conservadoras que decidieron irse, otras se quedaron hasta el final y junto a artistas, vecinos y niños hacían diversas preguntas y compartían sensaciones alrededor de lo que consideran “brujería”, y el conversatorio se abrió a reflexionar sobre el amplio sistema de creencias que puede existir en nuestros hogares, en nuestros pueblos, en nuestro país y por supuesto en el mundo y se dio un debate interesante acerca del judeocristianismo, las sabidurías ancestrales y los sincretismos que tienen nuestras familias entre la bendición de mamá colombiana antes de salir de la casa para que nos vaya bien en el camino y el baño de ruda para despejarnos de las “malas energías” y la empatía fue aflorando ante las diversas prácticas que existen con el cuidado de la vida como por ejemplo la danza y pensar en la danza como una práctica mística dejó de ser brujería, para ser abrazada como identidad, responsabilidad y escuela de autoconocimiento, al final del conversatorio terminamos cantando y bailando abrazando la armonía entre las diferencias como un camino para la paz.